
Qué cosas tiene el diccionario. Para el término «camarilla» pone:
camarilla.
(Del dim. de cámara).
1. f. Conjunto de personas que influyen subrepticiamente en los asuntos de Estado o en las decisiones de alguna autoridad superior.
Si buscamos subrepción, nos aporta todavía un poco más de luz sobre el asunto:
subrepción.
(Del lat. subreptĭo, -ōnis).
1. f. Acción oculta y a escondidas.
2. f. Der. Ocultación de un hecho para obtener lo que de otro modo no se conseguiría.
Y aquí viene la explicación. La camarilla de los negocietes de ZP es una necesidad. ¿Cómo iban a caer sobre las empresas privadas que quisieran, de no tener esta camarilla a su servicio?
Constituida en una auténtica Dirección General de Conspiraciones Económicas, se dedican a presionar a todo quisqui para conseguir dinero y poder para el partido en el gobierno. Hoy Manuel Conthe (¡oh, Conthe, cómo callabas ayer y cómo cantas hoy!) ha dicho que fue la Moncloa quien preparó el dossier con el que la CNMV de Conthe cayó sobre el BBVA intentando apartar a Francisco González para poner al propio Miguel Qué de presidente de aquel banco. Según parece, Javier Ruiz, de la siniestra cadena SER (oh, Polanco, qué boda sin la tía Juana, como dice Losantos), recibió de la Moncloa, junto con «Kalahari» Arenillas, el inmutable número dos de la CNMV, el dossier que entregó a Conthe sobre las falsas irregularidades de Francisco González.
Por indicación del propio Conthe, el propio periodista de la siniestra cadena SER registró el dossier gubernamental en la CNMV para que fuera tramitado por el organismo. Conthe, que calló entonces, abrió un expediente y lo cerró al tercer día. No había pruebas de las irregularidades fabricadas en el dossier gubernamental.
Los niveles de mangoneo zapateril están llegando ya a aquéllos de Filesa, Malesa & Time Export, y sólo va por el tercer año de mandato. Y esta vez puerta con puerta con su oficina de administración de su propia corrupción.